Cada año, el volumen de combustibles fósiles quemados aumenta, liberando más y más CO2 a nuestra atmósfera. Esta concentración se mide en "partes por millón".
Desde la revolución industrial, esta tasa ha seguido aumentando.
Cada año, el volumen de combustibles fósiles quemados aumenta, liberando más y más CO2 a nuestra atmósfera. Esta concentración se mide en "partes por millón".
Desde la revolución industrial, esta tasa ha seguido aumentando.